Sesgos cognitivos y ciencia

By Juan Carlos López - octubre 11, 2020



<<Y es que en el mundo traidor
nada hay verdad ni mentira
todo es según el color
del cristal con que se mira>>

Ramón de Campoamor
(el autor intenta reflejar que se impone el subjetivismo, arbitrariedad y el relativismo)


El sesgo es una tendencia desproporcionada a favor o en contra de una cosa, persona o grupo en comparación con otra, generalmente de una manera que se considera injusta. Son el resultado de atajos a la hora de llegar a conclusiones rápidas con unos pocos datos. Por ejemplo, tiendo a valorar más positivamente a mi equipo de fútbol que el de los demás. O tiendo a pensar que siempre lleva la razón el partido político del que soy seguidor. O tiendo a valorar de forma más positiva al que me cae bien sobre el que me cae mal (aunque lleve razón el que me cae mal). Todos, incluidos los científicos, tenemos sesgos en base a nuestros puntos de vista, creencias, nuestra subjetividad, por lo que deben evitarse en el ejercicio de la ciencia, tratando de ser objetivos con los hechos que estudiamos. Los tenemos tan interiorizados que no nos damos cuenta. Un ejemplo muy claro de sesgo en ciencia es cuando apareció la teoría heliocentrista, o estudios que afirmaban la superioridad de la raza blanca, o de los hombres sobre las mujeres, la negación del cambio climático, los efectos negativos de las tecnologías (ej.: ondas electromagnéticas), o las posturas en contra de los alimentos transgénicos.

En ciencia un sesgo es origen de errores, tanto en el planteamiento de hipótesis, como en la búsqueda de estudios previos en los que enmarcamos nuestra investigación, en el análisis de los datos, o las conclusiones que saquemos de estos.

Sesgos cognitivos

Un sesgo cognitivo es un error repetitivo o básico en pensar, evaluar, recordar u otro proceso cognitivo. Las personas creamos una realidad subjetiva que está desviada de la realidad objetiva, está sesgada, intoxicada, por su forma de ver el mundo. La existencia de los sesgos es por cuestiones de supervivencia, en situaciones en los que la velocidad de interpretación de unos pocos datos, es más importante que la precisión.

<<La actitud mental de los expertos - basada en sus esperanzas y expectativas, tanto si están de buen humor o de mal humor ese día - influye en su manera de analizar la información>> 
David Robson. La trampa de la inteligencia.

Existe un gran número de sesgos cognitivos, por lo que mencionaremos sólo algunos de los más habituales:

  • Sesgo a posteriori o retrospectivo: Cuando un hecho ha tenido lugar, muchos dirán que ya sabían que ocurriría, o que ya lo dijeron. Tenemos la sensación subjetiva de que los hechos pasados eran predecibles. A veces nos puede generar sentimientos de culpabilidad. Teníamos que haberlo sabido, nos decimos.
  • Efecto de anclaje o focalismo: Tendencia a confiar en la primera información que nos ofrecen al tomar decisiones. Una vez que se establece un anclaje las informaciones posteriores tratamos de ajustarlas a ese anclaje. Es muy usado en ventas o negociaciones, dando un precio inicial muy alto, para después bajarlo algo y que la persona crea que es más razonable, aunque siga siendo más alto.
  • Apofenia o ilusión de serie: Las personas tendemos a ver patrones y conexiones entre hechos que son aleatorios y no tienen nada que ver. Por ejemplo, ha pasado algo malo en clase y pensamos que es el que siempre la está liando. Y resulta que ese día no ha venido a clase porque está enfermo.
  • Sesgo de atribución o de correspondencia: es la tendencia a atribuir la conducta de una persona a características personales internas, infravalorando las circunstancias externas que puedan estar influyendo a esa persona.
  • Sesgo de confirmación: Tendencia a buscar información que confirma nuestras creencias, rechazando o ignorando todo aquello que las contradice.
  • Heurística de probabilidad: Tendemos a dar mayor valor a las informaciones que nos son familiares. Las informaciones que nos llegan de primera mano (las hemos vivido, o vienen de personas en las que tenemos confianza) nos parecen más verídicas, les damos mayor credibilidad, que las que nos son ajenas aunque sean objetivas.
  • Efecto encuadre o marco: ante la situación de tener que tomar una decisión las personas se dejan influir por cómo se presentan estas, es decir, en su marco.
Ejemplo: Imagine que EEUU se está preparando para el brote de una enfermedad rara en Asia, de la que se espera que mate 600 personas. Se han propuesto dos programas alternativos para combatir la enfermedad. Asuma que la estimación científica exacta de los programas es como sigue: Si se adopta el programa A 200 personas se salvarán. Si se adopta el programa B, hay un 1/3 de probabilidad de que 600 personas se salven, y 2/3 de probabilidad de que no se salve nadie ¿Qué programa escogería? Este problema forma parte de un estudio de los psicólogos Kahneman y Tversky, y la decisión mayoritaria fue el programa A, influidos por otro sesgo llamado aversión al riesgo.

 

  • Aversión al riesgo o la pérdida: preferimos arriesgarnos más para evitar una pérdida que para conseguir una ganancia. El dolor de perder es mayor que la alegría de ganar.
  • Efecto halo: Es una generalización que hacemos partiendo de nuestras percepciones. Nos gusta o nos disgusta alguien o algo en base a una característica (o unas pocas), sin pararnos a valorarlo globalmente, o tratar de conocerlo más en profundidad para tener una idea más justa u objetiva. Nos puede llevar a tomar posturas irracionales y decisiones precipitadas.
  • Ilusión de grupo: Las personas tendemos a suponer que nuestras opiniones, creencias, valores,..., son apoyados por la mayoría.
  • Efecto arrastre: también llamado efecto rebaño, consiste en dejarnos llevar por la opinión de la mayoría.
  • Sesgo de autoservicio: Tendencia a pretender que nos valoren más por nuestros éxitos que por nuestros fracasos. La persona se atribuye el mérito de sus éxitos; pero no el de sus fracasos.
  • Sesgo de memoria: Los recuerdos se muestran sesgados hacia ejemplos de situaciones que son o muy positivos o muy negativos. El sesgo de memoria puede desvirtuar el contenido de lo que hemos recordado y hacernos comunicar a los demás recuerdos que nunca ocurrieron o de una manera cualitativamente diferente. Este sesgo es muy importante en la declaración de testigos en los juicios.
  • Efecto Forer o Barnum: ocurre cuando los individuos tienen la percepción de que otros los describen acertadamente; pero en realidad son características muy generales o vagas que pueden describir a una amplia gama de personas. De este efecto se aprovechan los adivinos, los que leen las cartas del tarot, leen el horóscopo o cosas parecidas.
  • Sesgo de statu quo: Valoramos más lo que tenemos que lo que podríamos conseguir, aunque esto nos lleve a perder oportunidades. Es lo que algunos llaman no salir de la zona de confort; pero hay que tener cuidado con esto porque de tanto extender esta idea puede empujarte a tomar decisiones arriesgadas.
  • Sesgo de autoridad: Ocurre cuando valoramos la opinión de un experto en exceso, valorando únicamente su prestigio y no sus argumentos. Un ejemplo es la llamada "enfermedad del Nobel", o la fea costumbre que tienen muchos premiados de opinar sobre cosas sobre las que no son expertos, adoptando posturas poco o nada rigurosas.
<<Los científicos, sobre todo cuando se alejan de su especialidad, son tan vulgares, tercos e irracionales como todo el mundo. Y su extraordinaria inteligencia hace que sus prejuicios sean aún más peligrosos>> 
Hans Eysenck. Uno de los más grandes psicólogos de la historia

  • Efecto Dunning-Kruger: estos dos psicólogos americanos lo definen como el sesgo que hace que los individuos de escasa habilidad o conocimientos crean que saben más de lo que realmente saben, teniendo un sentimiento de superioridad, considerándose más inteligente que otras personas más preparadas. Estas personas son incapaces de reconocer su propia ineptitud. Por el contrario, hay personas altamente preparadas que tienden a subestimarse, pensando que las tareas que son fáciles para ellos también lo son para los demás.

En el siguiente vídeo, del canal de Youtube "Curiosamente", nos explican qué son los sesgos y algunos de los más habituales.




Sesgos en la ciencia

Los científicos, influidos por sus creencias, pueden verse afectados por sesgos sin ser conscientes (o si) que les llevan a realizar afirmaciones poco rigurosas en la dirección de sostener o afirmar con sus conclusiones científicas lo que ya creían antes de comenzar la investigación. Los sesgos son frecuentes en ciencia, especialmente, cuanto más complejos son los hechos que se estudian, más variables hay en juego y más difícil resulta aislar los factores cuyos efectos se desea analizar científicamente. En ciencias como la Física es más fácil abstraerse de los sesgos, mientras en las ciencias sociales en muy fácil caer en ellos. Si no eres consciente de tus sesgos cuando estas investigando no estás cayendo en una falta de ética o de mala ciencia. Sin embargo, sí que estás haciendo mala ciencia cuando estás utilizando esos sesgos para llegar a conclusiones en tus estudios.

Además de los sesgos cognitivos que ya hemos mencionado, los científicos también pueden caer en sesgos propios de su trabajo como los siguientes:

  • Sesgo de publicación: ocurre cuando los científicos publican preferentemente experimentos con resultados positivos. Estos estudios se citan con más frecuencia que los estudios con hallazgos negativos o no significativos.
  • Cherry picking: también llamada como supresión de pruebas o falacia de prueba incompleta, consiste en seleccionar lo mejor de algo, o seleccionar los datos que confirman nuestra posición. El investigador sólo selecciona los datos que le son favorables a su hipótesis, ignorando los datos que le son desfavorables, que los omite. Esto ha ocurrido de forma muy frecuente en la investigación farmacológica. El cherry picking más conocido es el sesgo de confirmación.
  • Sesgo de confirmación: es la tendencia a favorecer, buscar, interpretar y recordar la información que confirma nuestra creencias personales o nuestras hipótesis, dando una menor consideración a la información que no confirma nuestras hipótesis. Además, se hace de forma desproporcionada.
  • Sesgo muestral: es un error que se comete a la hora de seleccionar la muestra en una investigación, donde pueden estar influyendo ciertas preferencias. Por ejemplo, hace muchos años, en Estados Unidos, se hizo una encuesta telefónica para ver la intención de voto en unas elecciones. Como sólo tenían teléfono las personas ricas, la encuesta salió favorable al candidato que preferían los ricos. Para evitar errores muestrales deben aplicarse adecuadamente las técnicas de muestreo, que ya veremos más adelante.

Sesgos y publicidad

Los sesgos cognitivos de los seres humanos son una herramienta muy útil en el mundo empresarial, sobre todo, en publicidad (también se pueden usar en las negociaciones), siendo utilizados para influir en las decisiones de los consumidores.

En el siguiente vídeo, del canal de Youtube "EmprendeAprendiendo", podemos ver algunos ejemplos del uso de los sesgos en publicidad:


Un buen libro sobre los sesgos es el siguiente, escrito por Helena Matute, catedrática de Psicología de la Universidad de Deusto: 



Otro gran ejemplo de la aplicación de la psicología a la economía y el mundo de la empresa, y cómo las personas tomamos decisiones económicas, es la propuesta realizada por el psicólogo Daniel Kahneman, profesor de psicología en la Universidad Princeton, por la que ganó el Premio Nobel de Economía en 2002. Este autor es el creador del concepto sesgo cognitivo (1972).



<<Somos irracionales y tomamos decisiones en pocos segundos, lo que, muchas veces, nos conduce a errores>>

Daniel Kahneman. Pensar rápido, pensar despacio


Si tienes especial curiosidad sobre el tema, tienes la siguiente conferencia de Helena Matute (la autora del libro que he mencionado antes), en el encuentro de divulgación científica Naukas (dura menos de media hora):



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