Pensamiento científico: deductivo, inductivo y el hipotético-deductivo
<<Pienso, luego existo>> René Descartes
El ser humano es una animal pensante. El pensamiento es toda actividad o producto que realiza la mente (o más bien el cerebro). Toda reflexión, abstracción o imaginación es pensamiento. La inquietud por conocer el mundo que nos rodea desde la aparición del ser humano ha dado lugar al pensamiento científico. Los primeros pensadores destacados en la Antigua Grecia dieron lugar a lo que se conoce como Filosofía y, dentro de esta, los filósofos naturales que analizaban la vida, la naturaleza y el universo que nos rodea. Estos fueron los inicios del pensamiento científico.
Como vimos en la entrada sobre historia de la ciencia, fue en el Renacimiento cuando se establecieron los principios del pensamiento científico (que también hemos visto en entradas anteriores): observabilidad, consistencia, objetividad, previsibilidad, comprobabilidad,...
La ciencia, a lo largo de su desarrollo, ha ido proponiendo diferentes modos de pensamiento que le caracterizasen y diferenciasen de otros modos de pensamiento. Entre ellos, podemos destacar los siguientes:
Pensamiento deductivo
El término viene de deducción o deducir o sacar una conclusión de algo. Se caracteriza por extraer conclusiones particulares a partir de hipótesis generales. Es decir, a partir de un principio conocido general se puede deducir otra verdad ignorada particular. Se atribuye su creación al filósofo griego Aristóteles, y en él se han inspirado durante toda la historia del desarrollo del pensamiento científico. El funcionamiento del pensamiento deductivo consiste en partir de una primera afirmación o premisa mayor, que es de carácter general; una segunda premisa menor de carácter particular y, a partir de ellas y de su lógica, llegar a una deducción final o conclusión. Este tipo de pensamiento es usado más frecuentemente en las ciencias formales como las matemáticas.
Por ejemplo:
Premisa mayor (principio general): Los seres humanos tienen dos manos y dos pies
Premisa menor (principio particular): Juan es un ser humano
Conclusión: Juan tiene dos manos y dos pies.
En el siguiente vídeo del canal de Youtube "Habiaspensado" tienes una explicación sencilla de qué es el pensamiento o razonamiento deductivo.
Pensamiento inductivo
El pensamiento o razonamiento inductivo, al contrario que el deductivo, parte de la observación repetida de hechos particulares, a partir de la cual se formulan generalizaciones que pueden ser utilizadas en otras circunstancias similares. Con esta forma de razonamiento se intentan crear teorías generalizadas partiendo de observaciones específicas. Para llevar a cabo un buen razonamiento inductivo puede ser necesario realizar un número elevado de observaciones. Esta forma de pensamiento tiene su origen en Francis Bacon, filósofo inglés del S.XVI. Las afirmaciones que se realizan mediante el pensamiento inductivo pueden llegar a ser muy probables; pero no de una certeza total. Pueden existir excepciones que no confirmen la regla. Por tanto, se está hablando de probabilidad. Mientras en el pensamiento deductivo las premisas generales, si están bien fundamentadas, siempre serán reales; en el pensamiento inductivo podrán ser, como mucho, altamente probables.
Esta forma de razonamiento se usa, principalmente, en las ciencias sociales, en las que, a partir de muestras, se hacen afirmaciones generales que son altamente probables. Cuanto más grande sea la muestra, y más representativa de la población general, más probable es que la afirmación general sea cierta. Sin embargo, aunque la muestra sea grande y representativa, podemos caer en errores de interpretación de los resultados por estar influidos por nuestros sesgos (ej.: sesgo de confirmación).
Dentro de la mima idea del pensamiento inductivo, se puede realizar de diversas formas:
- Generalización: Es la forma más básica de razonamiento inductivo. De una pequeña muestra de casos, llego a una conclusión general. Suele hacerse más en entornos informales, no profesionales, de nuestra vida cotidiana. Sin embargo, hay formas más científicas y profesionales como es la generalización estadística, llevando a cabo técnicas de muestreo y análisis estadísticos más rigurosos (ej.: encuestas de opinión).
- Silogismo estadístico: Se estudia la probabilidad de que ocurra un caso, partiendo de los datos de la generalidad. Esta forma de razonamiento pueden darse con facilidad errores en las conclusiones, como despreciar los porcentajes en los que no ocurre una afirmación, habiendo excepciones a la regla, así como en caer fácilmente en sesgos. Por ejemplo, si el 60% de los matrimonios acaban en divorcio, Antonio y Ana, que acaban de casarse, tienen una probabilidad bastante grande de que terminen divorciándose. También se puede pensar que hay un 40% de posibilidades de que no. Pero es que, a lo mejor, no va a haber posibilidad alguna de que ocurra porque su amor es irreductible. También ocurre cuando se habla de porcentajes de que la juventud hace esto o aquello (siempre en un tono negativo), dando una imagen generalizada negativa de la juventud, menospreciando los porcentajes en los que no ocurre. Otro ejemplo es el siguiente:
- Inducción simple: Es una combinación de las dos anteriores. Se extrae una conclusión a partir de una premisa o generalización del grupo social al que pertenece. Un ejemplo que puede servir para explicar esta forma de razonamiento de forma muy simplista puede ser: un porcentaje muy elevado de suecos son rubios y altos. Si sabes que te van a presentar a una chica sueca, lo más probable es que esperes que sea rubia, alta y de ojos azules. Es cierto que es muy probable que sea rubia; pero puede resultar que es morena y no tan alta como esperabas. Por tanto, sus conclusiones no son siempre ciertas. Esto suele ocurrir a nivel social mucho con sesgos como los prejuicios o los estereotipos.
- Analogía: Solemos usar mucho esta forma de pensamiento en la vida diaria, como también puede usarse en el ámbito científico de forma más rigurosa. La lógica que sigue este tipo de pensamiento es: si dos individuos comparten características comunes, es muy probable que compartan otras características, cuando puede que no sea así. Por ejemplo, un grupo de amigos tienen características comunes, como el gusto por los videojuegos, no les gusta hacer deporte y les gustan los juegos de rol. Si uno o más de ese grupo de amigos, además les gusta disfrazarse con estética manga, podemos pensar que todos los miembros del grupo les gusta hacerlo, debido a que tienen muchas características en común (pero no todas).
- Inferencia causal: Cuando dos fenómenos ocurren habitualmente juntos, podemos pensar que uno es causa del otro. Sin embargo, pueden estar causados los dos por un tercer factor que desconocemos (variable extraña). Este tipo de pensamiento es muy habitual al confundir otros dos conceptos científicos que veremos: correlación y causalidad. Por ejemplo, ¿las personas con los pies más grandes saben leer mejor?
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